"Tu mujer, esa desdichada Ana, tu mujer, Ricardo,
que nunca durmió una hora tranquila contigo,
llena ahora tu sueño de perturbaciones.
Mañana en la batalla piensa en mí,
y caiga tu espada sin filo: desespera y muere."
que nunca durmió una hora tranquila contigo,
llena ahora tu sueño de perturbaciones.
Mañana en la batalla piensa en mí,
y caiga tu espada sin filo: desespera y muere."
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