-Buenos días. ¿Por qué acabas de apagar el farol?
-Es la consigna -respondió el farolero-. Buenos días.
-¿Qué es la consigna?
-Apagar el farol. Buenas noches.
Y volvió a encenderlo
-Pero, ¿por qué acabas de encenderlo?
-Es la consigna -respondió el farolero.
-No comprendo -dijo el principito.
-No hay nada que comprender -dijo el farolero-. La consigna es la consigna. Buenos días.
Y apagó el farol.
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